22 noviembre 2013

Con cuidado y no sobre cuidado

En nuestras charlas más recientes hemos discutido estas dos dimensiones del cuidado: Una que es hablar/estudiar/mirar el cuidado como una práctica o, mejor, una moral que describe e incorporan ciertos oficios; y otra que asume el cuidado como un ethos; es decir, toma sus dimensiones ontológica  y epistemológica para preguntarse por formas en las que están configurados ciertos quehaceres. Como fruto de estas charlas, nos dimos cuenta que las tres favorecemos la segunda dimensión del cuidado (i.e. la que lo toma como una forma de ser y hacer investigación, en nuestro caso). Y por tanto pensamos ‘con cuidado’ las cosas que cada una está viendo. Que están asociadas a ciertas políticas del cuidado en los ámbitos que cada una está interesada en investigar.

Asumimos esta postura porque consideramos más prometedor desligar al cuidado de los oficios y abrir su entendimiento para verlo como un una compleja red del sostenimiento de la vida. Además consideramos que seguir de la mano con la metáfora del oficio contribuye a reforzar ideas de subalternidad que no definen el cuidado total sino solo parcialmente y lo anclan de manera casi exclusiva a cierto tipo de sujetos y de oficios.


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